viernes, 20 de febrero de 2009

Me agarraron creyendo que esperaba con esperanza. Me atraparon todas las palabras.
Me paralizaron. Me desordenaron hasta la total contradicción. O no. O si. O todavía puedo decir “no”. Es mi respuesta favorita.
Si todavía me quedan fuerzas para hacer algo, ¿qué? ¿Qué puedo hacer?.
Me tienen con mis supuestas salvaciones con la duda marcándome a cada paso. El daño me permite la felicidad del dolor. Me tienen prefiriendo dolor a una supuesta alegría.

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