jueves, 24 de diciembre de 2009

Se va, se fue

Nunca hice un balance de año, así que ahí vamos.
Primero, voy a mirar lo bueno, y sacar lo bueno de lo malo también.
Este año:

- Me deshice (CASI que completamente) de la gente que no me hacía bien, y a la que yo no le importaba lo suficiente.
- Me saqué de encima una pesada carga de dos años de asuntos inconclusos.
- Empecé proyectos. Ahora puedo decir que tengo algo que mío y puedo manejar un medio de comunicación, y aunque mi recomendación sería "no hagan una revista, no sabés lo que trae atrás", la verdad es que le tengo un amor especial. También puedo decir que trabajo, gracias a mi "jefecito borracho" de Paraná que me tiró una mano cuando más la necesitaba, y esperemos que esto siga creciendo.
- En cuanto a relaciones sociales, conocí gente, como siempre, pero este año tuvo más gente copada que los anteriores. Así como me deshice de toda la gente que no quería de mi pasado y puedo decir que los que están ahora son los que quedan para siempre.
- De las decepciones que me llevé con muchos, siempre pude sacar algo en limpio, siempre me dejó alguna cosa para tener en cuenta. También puedo agregar que aprendí a diferenciar mucho y a saber cómo tratar a cierta gente.
- Lloré, esperé, arriesgué, crecí, cambié, me disculpé, dije todo lo que tenía que decir y siempre de frente. Di siempre lo mejor, haciéndolo lo mejor que podía. Reflexioné, hablé, dejé y volví a empezar.

Y por último... "La lluvia al fin puede traer buenas cosas, de tanto soñar se consigue algo".

Ahora veo todo más claro, y sigo aprendiendo.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Quiero escribir, tengo un tema, tengo ideas, tengo frases que dan vueltas, pero no sale. Perdí la inspiración y la capacidad de organizar mis pensamientos. Perdí todo. Me perdí.

sábado, 12 de diciembre de 2009

jueves, 3 de diciembre de 2009

Oh darling

Te quiero pedir perdón, por estar tan encerrada en mí y no haber pensado en vos (Que si, que si, que si, que no). No me agaches la mirada, no te tragues la humillación. Enfrentame, por favor. Sabés que tus cuchillos duelen mil veces más, como si se cargaran con dolor. Eso debe ser, si, es mi manera de devolver mi dolor en su más detestable naturaleza.
A veces veo esas miradas heridas sin saber qué hacer, sabiendo también que es demasiado tarde, los silencios cortantes después de haber dicho algo innecesario. Nunca supe qué hacer tratándose de vos, más que estropear cosas en vano.
Pero las palabras, de esas que vuelven y se clavan en mil lugares, esas son las palabras que voy a recordar siempre. Siempre.